ESTÁS EN • Noticias

Apuntes sobre Subasta de Arte Cubano

09 - 02 - 2023 POR :    Rafael Alfonso Pérez y Pérez, Curador  
img_ppal
Los coleccionistas se crean un mundo. Se crean un pequeño mundo, eligen ciertos símbolos del mundo real y los convierten en habitantes de su mundo particular. Arnaldur Indriðason Dentro de la plástica cubana existen dos vertientes claras que se abren dentro de la panorámica del coleccionismo: el arte moderno y el arte actual, y en el que existen artistas que transitan dentro de las dos corrientes, y que son aquellos ya considerados como artistas consagrados y los emergentes, cuyas propuestas son parte de la iconografía artística de la Isla. Desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días, el trabajo de los creadores, en ese punto de nuestro continente, ha tenido una presencia innegable no solo en Latinoamérica, sino también universalmente. Nombres como Wifredo Lam, Amelia Peláez, Adigio Benítez o Flora Fong así lo demuestran. Tras ellos, se ha sumado una larga lista de nuevos creadores, que vislumbran una producción no solo histórica, sino de trabajo vivo y en que el balance crítico e historiográfico ha concedido reconocer su legado. Respecto a los creadores plásticos con una carrera sólida, y cuyo trabajo es referencia de actualidad en el panorama artístico podríamos citar, entre otros, a Zaida del Río, Alexis Leyva Machado “KCHO”, Santiago Rodríguez Olazábal, Saskia Verger, Aliosha Aracil o Ernesto Rancaño, entre otros tantos cuya formación académica-artística está íntimamente ligada al triunfo de la Revolución. Es importante destacar también que, la pintura cubana ha mostrado una gran capacidad para asumir nutriciamente los influjos del arte internacional. Producto de un neobarroquismo, su discurso con sentido propio, es esencia de una historia renovada dentro de la posmodernidad. Es así como refleja la identidad cubana que parte de su cultura, su imaginario, sus raíces y tradiciones, y se aprecia su desarrollo histórico, resultado de la interculturalidad. Tal poder habita, indudablemente, en la construcción de una nueva categoría hegemónica basada en la hibridación de conceptos y formas expresivas. Precisamente ahí es donde reside la riqueza visual que permite su tipificación como un apartado propio descolonializado dentro de la mesoamericanidad artística. Se retroalimenta de un rico pasado y refleja el presente de un país en el que coexisten distintas temporalidades históricas. En este sentido, realizar una subasta de arte cubano permite, mediante un procedimiento de venta, a los interesados que compiten siguiendo sus personalizadas estrategias de colección, adjudicarse, incorporar y enriquecer sus acervos con obras de reconocidos artistas. Es por ello que, este evento suma esfuerzos institucionales y particulares, directamente dirigidos a crear un nuevo coleccionismo y/o darle fuerza y versatilidad al ya existente. Así es como aúnan sus bríos el Ministerio de Cultura de la República de Cuba, la Galería Collage Habana del Fondo Cubano de Bienes Culturales y la Galería 10/10, alineados en la certeza de una adquisición basada en la solidez y firmeza de la autenticidad artística. Oportunidades como la presente Subasta de Arte Cubano prestigian no solo a los artistas sino también a las nuevas y ya reconocidas colecciones. Motivan además la apertura a un nuevo mercado, mostrando a los compradores como verdaderos coleccionistas, quienes movidos por su pasión por las artes crean legados más allá del interés económico que representan las propias obras. La inclusión de artistas emergentes y de mediana carrera, portadores de paz y amor por el arte y la vida, en sus nóminas de colección, demuestra la trascendencia del filantrópico proceder del histórico -pero atemporal- patronazgo en el arte. Al tiempo que apuestan por la fuerza de la cultura, desarrollo y reconocimiento internacional de los creadores incluidos en la lista de lotes artísticos puestos a su disposición, reafirman la solidez y constancia de su mecenazgo del arte cubano contemporáneo. Rafael Alfonso Pérez y Pérez Curador

img