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¿Creemos como antes en el recurso de la confidencialidad?

02 - 03 - 2018 POR :    Elaine Caballero Sabugueiro. UNEAC  
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Es una de las tres preguntas que el crítico de arte David Mateo Nuñez deja al descubierto tras analizar la obra de la creadora Adislen Reyes, en el catálogo que recoge sus 12 años de trabajo (desde el 2005 hasta el 2017), presentado este martes, bajo el sello Collage Ediciones, perteneciente al Fondo Cubano de Bienes Culturales.

La artista muestra “acierto estético en la búsqueda de un lenguaje original”, según consideró la presidenta de la Asociación de Artistas Plásticos de la UNEAC, Lesbia Vent Dumois. Iniciativas como estas dan a conocer la impronta de las nuevas generaciones, un bien imprescindible, si se tiene en cuenta que en ellas reside el porvenir del arte nacional.

A lo largo de su carrera se han producido cambios en lo conceptual y formal en las piezas de Adislen Reyes, explicó Sandra Sosa en esta publicación de excelente factura, que cuenta con el diseño del especialista Marvin Sánchez y la edición de Sheyla Valladares y Martha Ivis Sánchez.

Asimismo, Mateo Núñez resalta la suspicacia la autora en su obstinada supeditación al enfoque de género, una temática que no tiene el mismo interés de períodos anteriores y en la cual da paso a “una catarsis personal sin perder intensidad y fuerza expresiva”, aseveró.

Este estudioso cree que “bajo esa compulsión de contrariedades existenciales, Adislen ha agudizado al máximo la capacidad de intensificar sus metáforas en la estructuración visual de sus dibujos y pinturas”.

La autora establece un juego de ilusiones para realizar un discurso que seduce por su simpleza, donde lo autorreferencial constituye una herramienta para seducir al espectador. Es imposible no contemplar sus reproducciones sin que surjan reminiscencias ligadas a nuestra infancia y adolescencia, dos de las etapas fundamentales de la vida.

En una de sus series del 2015, En crisis, cobra mayor fuerza el dibujo al recrear escenarios en los que utiliza el absurdo como elemento principal, además de inferir otros estados como la locura, el miedo y la duda.

Al final del proyecto se encuentran los agradecimientos y dedicatorias, palabras que “nos hace volver a una página interior y leer: la paciencia que acompaña la espera”, puntualizó Vent Dumois. “Espera que nos roba la vida aguardando las grandes oportunidades, que terminan aniquilando las pequeñas cosas. Cosas que pueden significar más que ese anhelado futuro que aún no llega”. Una verdad incuestionable.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿se cree como antes en el recurso de la confidencialidad?, cuando, precisamente, estos tiempos demandan cada vez más la urgencia de exponer y advertir la realidad. En una especialidad como las artes plásticas ¿sería oportuno guardar secretos? Pero si de eso se tratara, ser confidente en tales saberes resulta un placer incomparable.



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