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Eslinda Núñez: Seguiré ofreciendo lo mejor de mí

26 - 08 - 2017 POR :    Susana Pérez Gil  
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Eslinda mantiene siempre la sonrisa tierna y la mirada humilde. Sin asomo de vanidad, muestra su orgullo de ser mujer, madre, cubana y actriz. La segunda Lucía de Cuba, la amada Lucía del mundo conversó con el público asistente al Salón de Mayo durante el espacio “Encuentro con”, que se realiza cada jueves como parte de la Feria de la Cultura Cubana “Arte en La Rampa”.

 

Desde pequeña, en su natal Santa Clara, disfrutaba dibujar e inventaba historias y personajes. Soñaba con ser pintora, pero el amor cambió el rumbo de su vida. “El amor me trajo a La Habana. El que era mi novio en esa época recibió una invitación para trabajar en el mundo  cinematográfico. Era muy joven aún, pero vine detrás de él con mis dibujos, mis historias y mis personajes”, relató la actriz.

 

Sus motivaciones por las artes plásticas no cesaron. Incluso llegó a exponer algunas de sus obras en la Plaza de la Catedral. Pero las relaciones con el cine y el teatro fueron ocupando un espacio cada vez mayor en su vida. “Unos amigos me convencieron para presentarme en una prueba con Vicente Revuelta con la intención de ingresar a Teatro Estudio”, rememora. En ese instante crecieron nuevas motivaciones en la joven Eslinda. “El pequeño escenario de aquel teatrico me parecía el mundo que se abría ante mis pies. Era algo extraordinario”.

 

La entrada al teatro y su interacción con grandes maestros de la escena cubana cambiaron su forma de percibir la vida. “Recuerdo que me fue tan fácil asimilar el método Stanislavski. Un día estábamos haciendo improvisaciones de la soledad y la profesora me pidió que hiciera un ejercicio con música. En ese momento me di cuenta que podía crear una historia enlazada con la música. Recuerdo que al finalizar mis compañeros aplaudían con gran fuerza. En ese instante supe que podía ser actriz”.

 

De su paso por Teatro Estudio y el Teatro Musical de La Habana habló con especial cariño, así como de la notable enseñanza que recibió en estas instituciones emblemáticas de la escena cubana.  Sobre esta etapa de su vida comentó: “Tuve una escuela tremenda que me brindó la oportunidad de hacer muchas cosas”.

 

Pero el cine llegaría a Eslinda para hacerla eterna en personajes queridos por el público de Cuba y del mundo, en películas trascendentales como “Lucía” y “Memorias del Subdesarrollo”. Al referirse a estas dijo: “Memorias… es una película que, en su momento, no tuvo la acogida que tiene ahora con el paso del tiempo. Con Lucía sucedió igual. Creo que el tiempo las reivindicó.”

 

“Trabajar con Tomás Gutiérrez Alea fue algo extraordinario. Tenía una atmósfera de trabajo muy tranquila y agradable. No sucedió así con mi primera película, porque desconocía aspectos propios del trabajo actoral en esta manifestación. El cine es diferente al teatro”, añadió.

 

Al mencionar a Humberto Solás regresa la remembranza. Tiernos recuerdos atesora de su trabajo con este reconocido director de cine cubano. “Humberto era muy exigente. Pero sabía dirigirme por el sendero correcto para lograr mi personaje. Yo me dejaba llevar por sus consejos. Creo que valía la pena arriesgarse y seguir sus ideas. Podíamos discrepar, pero siempre seguía sus recomendaciones. Para mí, él era como un pequeño genio”.

 

Inevitable resultó hablar sobre Lucía, uno de sus personajes más queridos. Aunque confesó que al principio le resultó difícil lograrlo, lo recuerda con añoranza: “Lucía es algo muy especial, algo que guardo con mucho cariño”, comentó.

 

Sin ser una actriz exclusiva del cine, Eslinda también habló de su trabajo en la televisión. “He sentido que en la televisión puedo hacer cosas diferentes, interesantes, cosas que tal vez no surgen en el cine”. 

 

Con muchos años de experiencia, esta actriz cubana asegura que seguirá trabajando cada día con más ímpetu. “Este es un trabajo de entrega, de amor, de sacrificio. Pero también de disfrute. Porque no hay nada más importante para un actor que el aplauso de su público.”

 

“Espero seguir dando lo mejor de mí, a pesar que el tiempo pasa. Estoy contenta con la vida porque he aprendido mucho, pero también me he tenido que sacrificar”. La Lucía, la Eslinda de Cuba no vive de nostalgias, como ella misma declaró ante su público en el Salón de Mayo, para ella su próximo personaje será el mejor.



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